Estar embarazada: entre la alegría y la pérdida de libertad

¡Estoy embarazada! Habitualmente esta es para muchas mujeres y sus parejas una fantástica noticia que dan a la familia, a los amigos y a seres más queridos. En los siguientes días, semanas y meses empiezan a notar que un ser vivo está empezando a crecer en su interior e imaginan, comparten y construyen imágenes del futuro que todavía está por llegar.

¿Qué cara tendrá? ¿Cómo será? ¿Cómo lo cuidará? ¿Cómo será tenerlo entre los brazos? Y entonces, poco a poco, empiezan los preparativos: conocer si es niña o niño, escoger su nombre,  comprar sus primeras prendas de ropa, montar su habitación, recibir sus primeros regalos, comprar todo lo necesario para su llegada…

Lo que a veces muchas mujeres no imaginan, al quedarse embarazadas, son los cambios que van a experimentar no sólo en el físico sino en su psique. Poco a poco empiezan a notar modificaciones en su cuerpo, en algunos momentos se enfrentan con malestar, pesadez, dificultad en el movimiento de su organismo a la hora de hacer los quehaceres diarios.

Y en su interior, en muchas ocasiones, les invade un sentimiento de alegría y de ilusión por la llegada del bebé, pero también, por qué no decirlo, una sensación de salto al vacío y de temor por la pérdida de la libertad personal, de su espacio más íntimo y vital, de la autonomía ganada con los años, algo que causa un verdadero estrés.

La realidad es que en los primeros años de vida del recién nacido, especialmente la mujer, el pequeño crea unos lazos de dependencia con su madre, por lo que la vida de ésta gira completamente. La llegada de un nuevo hijo lo cambia todo por completo, lo que frecuentemente puede causar una sensación de agobio, de ansiedad, estrés y en algunos casos hasta de depresión.

De todo ello se habla todavía poco, pero la mujer en el último tramo del embarazo y especialmente después de dar a luz sufre una etapa de duelo por su pérdida de independencia y de libertad. Cambian los horarios, las prioridades, en ocasiones se cortan las relaciones sociales, las cenas y salidas con amigos y por qué no el centro de las conversaciones.

Seguro, claro está, que en la mayoría de ocasiones es una experiencia única, inolvidable, que compensa, que ayuda a crecer como mujer.

En Koré tenemos tratamientos específicos preparados para afrontar este tipo de situaciones, antes y después del parto: trabajamos con osteopatía craneal y visceral, reflexología y también con drenaje linfático, en este caso para activar el sistema inmune y combatir la retención de líquidos. 

Hay muchas clientas que han probado el éxito de nuestras terapias. Porque garantizar el bienestar de la madre es también una manera de asegurar la salud de nuestro bebé. 
Comentarios... 2

2 comentarios :

  1. Es muy interesante. ¿Tratáis a las dos personas: a la madre y al pequeño?

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  2. Logicamente antes del parto se les trata conjuntamente. Esto elimina tensiones en ambos y promueve la comunicación madre-bebé. Por consiguiene facilita también el momento del parto. Es importante tratar después al bebé por el esfuerzo que ha realizado y para que se adapte a un cambio tan importante.

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